Con esas palabras, nuestro muy criollo Emperador Palpatine (Star Wars) deja en claro cuál será la movida –o la falta de ella- en relación al cuerpo técnico que estará trabajando con la Vinotinto hasta después del Mundial Brasil 2014.
El
secreto mejor guardado es el que más se conocía. A pesar del rumor –casi absurdo- sobre las presuntas
negociaciones de Marcelo Bielsa con la Federación Venezolana de Fútbol, lo
único claro es que la dupla Esquivel–Farías seguirá en la palestra de la
selección nacional, por lo menos un año más.
Al
parecer, el hecho de tener la clasificación al venidero Mundial en Modo Milagro, el pobre rendimiento del
equipo nacional en la recta final de las eliminatorias, el estancamiento
táctico del “modelo Farías” que se ha hecho evidente desde el 2008, y las miles
de controversias que ha mostrado el cuerpo técnico a cargo del seleccionado
nacional, son el perfecto resumen curricular para que César Farías y su equipo
continúen comandando al conjunto criollo.
Con
la lapidaria frase “La clasificación no
es todo” se resume la forma del trabajo entre Esquivel, Farías y la
Vinotinto en estos últimos años. ¡Qué curioso! Ese no fue el discurso de 2008,
cuando el propio seleccionador prometió a millones de hinchas que Venezuela se
clasificaría al mundial.
La
noticia no produce ninguna sorpresa, pues como dije al principio, dadas las
circunstancias que rodean las decisiones técnicas en la FVF, esto se veía venir
desde mucho antes del fatídico encuentro contra la selección de Chile, sin
embargo, no deja de impresionar el estilo bodeguero con el que la Federación
sigue manejando las riendas de nuestro fútbol.
¡Vamos!
Ya la primera piedra de tranca es el hecho de tener a un monarca al mando del
máximo organismo futbolístico del país. Son 27 años los que Esquivel tiene
sentado en la silla presidencial, y contando, porque al paso que vamos a esos
27 se le agregarán unos cuantos años más.
Si
revisamos todos esos años, veremos que el progreso del fútbol venezolano del que
tanto hablan, no va más allá de un espejismo, uno que algunos prefieren tomar
como cierto porque la realidad es odiosa, molesta, irritante y triste para
quienes amamos este deporte y lo queremos ver en grande.
Súmele
al yugo de esa presidencia un manejo neo-nepótico
a la hora de tomar las decisiones técnicas, y voilà: la fórmula para el desastre.
La
ecuación termina de complicarse cuando uno de sus componentes se erige como el
factor inmutable, el común denominador. Este es el caso de César Farías. El
actual técnico de la Vinotinto parece gozar de la inamovilidad laboral
consagrada en la Constitución y en la reciente Ley Orgánica del Trabajo, los
Trabajadores y las Trabajadoras (y la Colonia Tovar, por si acaso).
Cuando
el hijo empieza a tener injerencia en las decisiones del padre, entonces la
bodega comienza a presentar mayores problemas. Y sigo usando el término bodega
porque en eso ha terminado la Federación, en una pulpería que se maneja al
antojo del señor que saca las cuentas, paga y se da el vuelto.
Méritos
tienen algunos nombres criollos para tomar el mando de la selección nacional.
El detalle es que esos nombres no cuadran en los planes del titiritero, y lo
que empezaría como un “nuevo proyecto” terminaría por ser una piedra en el
camino del Rey.
Habiendo
tenido una de las eliminatorias más “transitables” en la historia de esta nueva
Vinotinto, ¿Cómo le explicas a un país hambriento de resultados, deseoso de ver
a su selección clasificar por primera vez a un Mundial de mayores, que “la clasificación no es todo” sin que
esas palabras suenen a burla?
En
medio de todo este arroz con mango gerencial se encuentran los guerreros de la
cancha. Ellos, quienes a pesar de todo lo que suceda, seguirán vistiendo la
camiseta nacional con el objetivo claro en la mira, porque los jugadores sí
están muy claros en que la clasificación es todo y más, en esta carrera por
seguir haciendo historia, a pesar de estar sobreviviendo al enemigo que duerme
en casa, que lleva las cuentas, que quita y pone sin mostrar mayor problema,
pues en esta bodega todo termina siendo parte del negocio familiar.