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jueves, 8 de octubre de 2015

Nuevas eliminatorias, mismos comienzos



Más de un año ha pasado desde que me alejé de las letras. No por falta de opinión, sino más bien por exceso de ellas. Hacer pausa también está permitido. Sin embargo, ha sido tanto lo que ha pasado en el mundo deportivo en este último año, y para ponerlo más cerquita, en estas últimas semanas, que sentí necesidad de volver.

Y qué mejor ocasión para volver a posar los dedos en el teclado que el inicio del camino hacia Rusia 2018.

En un momento donde Venezuela vive tantas incertidumbres, el arranque de las eliminatorias mundialistas pintaba en el papel como un buen placebo para una sociedad sedienta de buenas noticias. ¡No podía estar más equivocada!

Desde el inicio el proceso de Noel Sanvicente se ha visto marcado por un factor que no fue implantado por él. Y no, no hablo de la química de los jugadores, o del cuerpo técnico. Hay una tendencia en el fanático, ese chip del “conmigo o en mi contra” que fue la bandera del tren Vinotinto mientras éste fue comandado por el ex seleccionador nacional, César Farías. Un radicalismo que no es nada nuevo para los venezolanos, que viven y sudan esa filosofía desde hace muchos años, gracias a las políticas de los gobiernos de turno.

Luego de las terribles –por decir lo menos- presentaciones de Venezuela contra Honduras y Panamá, las dudas embargaban a todos los que, con preocupación, hemos visto el desarrollo de la selección desde que “Chita” tomó las riendas del equipo, no porque se dude (al menos no de este lado de la pantalla) de sus capacidades como estratega, pues el palmarés de Sanvicente es respaldo fehaciente de su trabajo, sino porque hasta ahora, no parece haber respuesta por parte del plantel a la filosofía de trabajo del DT, cosa que genera alarma a estas alturas del partido.

En palabras de Sanvicente, la victoria contra Paraguay era “sí o sí”, pues está consciente que la clasificación a Rusia no admite muchos errores, y en una eliminatoria tan larga como la sudamericana, regalar puntos en casa termina siendo la estocada que manda a volar el sueño mundialista.

Un partido marcado por la lluvia, cosa que dejó en jaque la estrategia del desgaste del rival por culpa del sofocante calor (arma de doble filo), Paraguay se dedicó a esperar la propuesta de Venezuela. La Vinotinto entendió esto desde los primeros minutos, y con una gran actuación de Tomás Rincón y Jeffren Suárez, sin duda los mejores del encuentro, se trató de aprovechar la ¿pasividad? del equipo paraguayo, sin resultados favorables. La contundencia venezolana sigue desaparecida de la cancha.

Causa mucha alarma que ningún jugador haya ejecutado un tiro libre de forma efectiva. Se desaprovecharon más de 3 oportunidades por esa vía, situación que hizo extrañar de momentos al ya retirado Juan Arango. Ni César González, ni Salo Rondón, quien lució terrible en la ejecución de lo que sólo puede compararse con un gol de campo.

Aunque de momentos el partido mostraba vestigios de fútbol, gracias a los destellos de Suárez, los intentos fuera del área de Luis Manuel Seijas o el dominio de Rincón, la sensación general es que fue una gris presentación con más interrogantes que respuestas, y un final que le puso la guinda al pastel  luego del error de Vizcarrondo al minuto 85, situación que aprovechó Derlis González para darle la victoria 0-1 a Paraguay.

Tres puntos perdidos así, en un suspiro. Una película que ya hemos visto incansable cantidad de veces, tras un error infantil en la línea donde más sufre Venezuela. Ahora toca buscar arrebatar al menos un punto en Fortaleza, contra una Brasil que también cayó en su debut, y tratará de hacer pedazos a una Vinotinto necesitada de goles, de alegrías, de goles si quiere seguir creyendo en el sueño mundialista.
Más allá de la derrota y de las probabilidades para el próximo partido (que siempre nos juegan en contra), observé con algo de sorpresa la explosión de las redes sociales. Periodistas comportándose como fanáticos, atacando a quienes no están con ellos, fanáticos queriendo ser periodistas porque opinan o dirigen medios digitales, creyendo que tienen más verdad que los demás.

La clarividencia también tuvo espacio en esta noche “tan linda”, pues muchos sentenciaron que de haber jugado Santos, quien viene de una gran racha en la liga holandesa, la derrota la habría sufrido Paraguay, y nosotros estaríamos comiendo arepas y celebrando los primeros puntos. ¡Cuánta claridad! ¡Y yo aún sin tener los datos para el Lotto de la semana!

La clasificación al mundial es una meta terriblemente difícil de alcanzar, y para nosotros siempre ha estado cargada de amarguras, desilusiones y grandes decepciones gracias a la euforia que nos caracteriza, esa que marca nuestro día a día, junto con la necesidad tajante de tener la razón, aun si eso perjudica lo que tanto deseamos.

Ya sabemos que al deseo de llegar a la cita mundialista, algunos le han sumado el fracaso absoluto de este nuevo proceso, porque lo queremos todo, hasta la llaga para poder meter el dedo y decir: “Te lo dije”

El fanático venezolano terminó impregnado con el mismo chip de aquel tren Vinotinto que hasta hace poco, caminaba con el “cuchillo entre los dientes” y arrinconaba a todos. No sabemos todavía cómo, pero los arrinconaba.


Visto esto supongo entonces que, el camino a Rusia, se vive desde la silla del César. 

miércoles, 30 de julio de 2014

Fiel al "Modus Operandi"

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Quien diga que la Federación Venezolana de Futbol no ha sido “constante” con sus acciones, sus códigos y formas, no ha prestado la suficiente atención al futbol nacional y su dirigencia en los últimos años.

Luego de ocho meses de espera, de una interminable lista –bastante risible- de candidatos, alimentada por la necesidad de algunos periodistas (aquellos adictos al tan ansiado tubazo), infinidad de rumores, conflictos y alianzas entre gobierno y federativos, y con una pérdida de tiempo irreparable, Rafael Esquivel dio a conocer el nombre del nuevo DT de la selección mayor.

Noel Sanvicente, reconocido estratega venezolano, con un palmarés ansiado por muchos, trabajador como pocos en el balompié nacional, finalmente recibió su anhelada oportunidad, y será el encargado de dirigir el destino de la escuadra Vinotinto, durante los próximos 4 años, de acuerdo con lo informado por la FVF.

Un día antes del anuncio oficial, el circo que se vivió en las redes sociales dejo en evidencia que, en cuestión de aprendizajes por aquello del ensayo y error, aún estamos en las categorías “pre”. Más allá de la emoción de algunos fanáticos, y la reacción adversa de otros, la carrera por obtener el banderín del yo lo dije primero se tornó tan pintoresca y absurda como todo lo sucedido durante este tiempo en la cual la Vinotinto estuvo huérfana de dirección técnica.

Circense, sí. Así parece ser todo lo que rodea al futbol nacional por estos días.

Ya en la rueda de prensa, un incómodo Esquivel junto a  Sanvicente, dieron cara a un país donde -a razón de la lógica- tenía más preguntas y dudas que alegrías. Era el momento oportuno para expresar todas las interrogantes, y más importante, exigir oportunas respuestas.

En cambio, tuvimos desbordes de alegrías, cánticos y los ya conocidos aplausos. Ambiente propicio para que el mejor artífice de la politiquería que ha visto Venezuela, se zafara nuevamente de rendir explicaciones sobre lo ocurrido en estos ocho meses, donde la gran perjudicada fue la selección.

Lo único que necesitó aclarar nuestro zar criollo, en aras de salvar su imagen de independencia, fue aquello de no haber recibido nunca presiones por parte del gobierno de Venezuela, en relación a la designación del nuevo DT nacional.

De esa forma lo sentenció Esquivel al empezar sus declaraciones, en una rueda de prensa que pareció casi improvisada. Pobre en sonido, y más en contenido.

Difícil posición la de Chita, quien además, tuvo que soportar preguntas en relación a situaciones sucedidas en un ciclo donde él no fue partícipe y donde las alabanzas eran la muletilla de turno. Como mejor pudo, aclaró que llegaba para trabajar, y que el objetivo principal era la clasificación al próximo mundial.  

No fueron dos días. La FVF y sus dirigentes, encabezados por un muy astuto Esquivel, contaron con ocho meses no sólo para presentar un nombre, sino para responder y disipar las dudas que quedaron flotando desde el cierre del período anterior. Sin embargo, nada de eso ha sucedido. Queda entonces la impresión que, hasta ahora, lo único que cambió es el nombre del timonel de turno.

Empezamos nuevamente desde cero con una dirigencia que se mantiene fiel y apegada a sus [malas] formas. La improvisación sigue siendo la bandera. La Vinotinto tendrá un arduo camino y deberá hacer un trabajo enorme para tratar de ponerse al día, y recuperar el tiempo que innecesariamente ha perdido.


Sanvicente tiene por delante dos campeonatos (Copa America 2015 y 2016), y las eliminatorias mundialistas de cara a Rusia 2018. Sumemos que, a este nuevo reto que se le presenta en su carrera, deberá trabajar por primera vez, mano a mano, con un Esquivel quien ha sido la piedra de tranca de muchos –incluyéndole- en el futbol nacional. 

lunes, 12 de mayo de 2014

No hay cancha pa' tanta gente

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La venezolanidad. Si hay algo que tenemos bien definido es eso. Para nosotros, no hay nada que no se pueda. Si no sabemos algo, lo inventamos, y si no hay espacio, cualquier huequito sirve porque creemos que -en ocasiones- "mientras mas mejor". Somos los embajadores del Entre, que caben cien.

Sin embargo, esta máxima no puede aplicarse en todos los aspectos de la vida, en especial si no se está preparado para ello. En el fútbol pasa igual, y cuando de falta de preparacion se habla, la FVF ya entra como gran referente en la materia.

Para nadie es secreto que fútbol en Venezuela es un karma, resultado de una serie de desaciertos, de improvisaciones llevadas a la práctica, que se ha desarrollado con todas las taras posibles, bajo la mirada cómplice de federativos, dueños de equipos, gobernantes, y por supuesto, el aval del artífice mayor, su majestad Rafael Esquivel.

En materia de infraestructura no se queda atrás. Luego de la Copa América celebrada en nuestras tierras, quedaron algunos estadios que hoy sirven de morada para los equipos que hacen vida en el fútbol nacional, tanto de primera división como de las otras categorías. Algunos corren con la suerte de tener un recinto decente, donde jugar no representa un dolor de cabeza. No es el caso de Caracas.

La capital de la Republica -y hago énfasis a propósito- cuenta únicamente con dos locaciones: El Olímpico de la UCV, y el Brígido Iriarte.

Mucho se ha dicho de estas plazas. ¡Y con razon! Practicar cualquier deporte en estos lugares representa un riesgo enorme para los jugadores. Son terrenos en condiciones paupérrimas, que semana tras semana, debido a las condiciones del clima caraqueño y el frecuente uso, van mermando.

Recordemos que el Olímpico es una plaza universitaria, ergo, no sólo se juega fútbol de primera división en la misma. Los equipos que hacen vida en la Universidad Central de Venezuela también utilizan -por obvias rezones- las instalaciones de este estadio. Es esta la casa del Caracas Futbol Club y del Deportivo Petare. Por su parte, Deportivo La Guaira y el Atlético Venezuela tienen como casa el Brígido Iriarte.

Las quejas van y vienen, pues las pésimas condiciones de ambos terrenos son obvias, dificultando así el buen desarrollo del juego.

Ahora… el punto no es sólo ese. Usted y yo, que seguimos la movida del balompié nacional, sabemos que en el presente cierre de temporada, ningún equipo de la capital está en puestos de descenso. También sabemos que, en el torneo de segunda, el equipo de Metropolitanos FC esta cerca de ascender a la primera división. ¿Saben cual es la casa de "los violeta"? Exacto: El Brígido.

Matemática básica. De lograr la claseficación, Metropolotanos se convertiría en el quinto equipo capitalino en la categoría mayor del fútbol nacional. ¡Serían CINCO equipos! Lo del calendario será una locura -cosa ya habitual- pero ya las pésimas infraestructuras de Caracas no parecen aguantar más, además del riesgo que representa y que hablamos con anterioridad.

Aquí, señores, no hay cancha pa' tanta gente. No caben cien, no entran más. Es que no hay espacio ni para los que ya están, que sufren las consecuencias de la falta de organización y seriedad de la bodega de Sabana Grande, y del desconocimiento -o desinterés- tanto de los dueños de equipos, como de federativos y gobernantes, quienes tienen desde hace tiempo sus manos metidas en este negocio llamado fútbol. 

Muchos tienen sus esperanzas puestas en el Parque Hugo Chavez, donde, según los planos, se construirá un nuevo estadio para Caracas.

De esperanzas se vive, dicen.

Cuando terminen el CAR, ese que tiene 10 años en construcción, hablamos.

Supongo que, mientras tanto, toca eso de #Resistencia. 

domingo, 30 de marzo de 2014

Venezuela, a seguir haciendo historia

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Tras el pitazo final al minuto 93, el sueño seguía vivo para las chicas Vinotinto. Tras un partido de infarto, emocionante de principio a fin, Venezuela consiguió una enorme victoria ante el seleccionado de Canadá, para así firmar su nombre entre los mejores cuatro equipos del mundo de la categoría Sub17.

Con goles de Deyna Castellanos, Yosneidy Zambrano y Gabriela García, las criollas lograron un histórico triunfo 3 goles a 2, sobre su similar canadiense, y su pase a la semifinal del Mundial que se disputa en Costa Rica.
Es la primera vez en la historia del torneo que un equipo de Sudamérica llega a semis, lo que representa un triunfo doble para el equipo que dirige Keneth Zseremeta.

Ya con este equipo parece que nada sorprende. 

Las venezolanas han mostrado tener lo suficiente para ser parte de las mejores del mundo. No existe miedo a la hora de saltar a la cancha, y aunque varias de sus jugadoras sean tímidas, dentro del terreno de juego se convierten en profesionales y asumen los partidos como tal.

Apoyadas en la goleadora, Deyna Castellano, y en la genialidad de Gabriela García, Venezuela sigue dando argumentos serios para llegar a la final del torneo.

Para conseguir el boleto que las lleve a disputar el título, la Vinotinto deberá medir fuerzas contra la experimentada selección de Japón, que venció a México 2-0 para instalarse en la semifinal del torneo.

Un reto nada fácil para las criollas, pues Japón es conocido por su trabajo y alto rendimiento en la categoría.

Al respecto, Zseremeta dijo “En países como Japón trabajan el fútbol femenino desde los ocho años. Las selecciones asiáticas tienen más de 20 años de evolución que los sudamericanos en esta categoría, pero nosotros no tenemos miedo.”

Este próximo Lunes, las heroínas Vinotinto saltarán al engramado del estadio Edgardo Baltodano Briceño, ubicado en la localidad de Liberia, con la mente puesta es seguir escribiendo esta maravillosa historia para el balompié nacional, y conseguir su pase a la gran final del Mundial.

Independientemente lo que suceda ante las niponas, lo logrado por estas chicas ha sido extraordinario. Han representado dignamente y con honores los colores de una camiseta que tiene la gran virtud de unir a todos los venezolanos, y han elevado la barrera para las otras selecciones nacionales, así como para una Federación Venezolana de Fútbol, que debe tomar notas sobre el trabajo que ha realizado Keneth Zseremeta con estas chicas, y buscar expandirlo a todas las categorías que conforman el sello Vinotinto.


Mientras esperamos que Esquivel ponga manos a la obra y se designe a un DT para la selección mayor (tarea pendiente desde el año pasado), nosotros seguimos admirando a estas guerreas mundialistas, todos con la ilusión de escuchar, por primera vez, nuestro himno en la final de un torneo internacional organizado por la FIFA. 

miércoles, 26 de marzo de 2014

A la altura de las circunstancias

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Llegaron a Costa Rica con una etiqueta que pesa. Ser campeonas sudamericanas, más allá del título, implicaba ciertos parámetros de rendimiento. Quizás el color del uniforme prendía las luces del escepticismo en más de un conocedor del deporte, de un seguidor, de un hincha.

Representando un país cuyas glorias deportivas están más ligadas al béisbol, donde la situación política y social acapara titulares, así como las miradas de millones de personas, ellas decidieron actuar comprometidas con el juego que aman, y demostrar a todos que fueron a afrontar este nuevo reto con un objetivo claro: hacer su fútbol y ganar.

La Vinotinto Sub17 femenina se ha empeñado –y nosotros agradecidos- en hacer historia y dejar su marca en el balompié nacional e internacional. En septiembre, consiguieron el título de campeonas en el Sudamericano de la categoría, celebrado en Paraguay. Ahora, en el Mundial que se lleva a cabo en Costa Rica, las dirigidas por Kenneth Zseremeta siguen en una gran racha.

Venezuela terminó invicta en la primera ronda, con tres grandes victorias ante el anfitrión (3-0), Zambia (4-0) e Italia (1-0), con 8 goles a favor y manteniendo su arco en cero.

Los resultados conseguidos por las chicas Vinotinto han dejado sorprendido a más de uno, menos a ellas mismas.

El equipo ha mostrado una gran disciplina, mucha técnica, y un acople que sólo se consigue con compromiso a lo que se hace, con la práctica, con constancia.

El talento sin trabajo no trasciende. Hay que procesarlo, y es exactamente lo que ha hecho Zseremeta con esta selección.

Pueden existir individualidades que destacan, que hacen diferencia, pero al final del día el fútbol es un deporte de once personas, no de una. Doce, si agregamos al entrenador.

La selección actúa con engranaje. No tienen miedo de tomar riesgos en la cancha. Una defensa que, aunque ha mostrado algunas fallas –casi normales- ha sabido solventar en los momentos difíciles, para así mantenerse imbatibles, y el ataque ha sido clave. Una ofensiva letal, comandada por Deyna Castellanos y Gabriela García, quienes nos recuerdan con su desempeño, la belleza de este deporte.

Ahora, el equipo buscará seguir en su enorme racha por el sendero de la victoria, cuando en cuartos de final se enfrenten a la selección de Canadá, quienes no serán un rival fácil para las criollas.

Las norteamericanas también clasificaron invictas (una victoria y dos empates), terminando en el segundo lugar de su grupo. Ahora, por tercera vez se encuentran en esta etapa del torneo, de donde no han logrado avanzar.

Han mostrado un muy buen juego, en especial en la ofensiva, donde son comandadas por Marie Levassseur, quien es la goleadora del equipo con tres dianas.

Será un partido de mucho roce, donde la posesión del balón jugará un papel importante, y donde las fallas en la defensa pueden marcar notoria diferencia para el pase a la semifinal.

Venezuela apostará a hacer su juego, controlando las líneas, y explotando el ataque. Con la humildad que las ha caracterizado, pero con el aplomo que las ha dejado por los momentos, entre las mejores ocho del mundo.

Partieron sin mucho ruido. No hubo abanderamiento, no hubo acto. Ni la Federación Venezolana de Fútbol, ni el Ministerio del Deporte, ni siquiera la Presidencia mostraron mayor interés respecto a esta Sub17 femenina.

Fueron pasadas por debajo de la mesa, pues para el ente que rige el fútbol en Venezuela, esa monarquía criolla comandada por Esquivel, era más importante dejar el nombre y el compromiso del titular de la cartera deportiva en alto.


Parece que tal indiferencia no ha sido de gran importancia para las talentosas chicas. Hace unos días dije eso probablemente no afectaría en su rendimiento, y me alegra ver que -por lo menos esta vez- no me equivoqué. 

viernes, 14 de marzo de 2014

La importancia de las formalidades


Siempre se ha dicho que los detalles hacen la diferencia, que los clichés son exactamente eso porque funcionan, que respetar las formas y guardar las formalidades dejan en evidencia la importancia de lo que se hace. Esto aplica para todos los aspectos de nuestras vidas. En el fútbol no es la excepción.

Hace un par días, la Federación Venezolana de Fútbol informó a través de su cuenta en Twitter (@Prensa_FVF), que la selección femenina Sub17 partiría a Costa Rica, donde se disputará el mundial de la categoría, sin realizarse el acto de abanderamiento a la misma por cuanto el Ministro del Deporte, Antonio Álvarez, se encuentra en Chile acompañando a los atletas que participan en los Juegos Suramericanos 2014.

El anuncio de la FVF excusando al Ministro, mostró el profundo interés que tiene Rafael Esquivel por mantener las mejores relaciones con el Ministerio, luego del acercamiento y apoyo mutuo entre ambos entes, en las pasadas semanas.

Recordemos que estas chicas hicieron historia, al ser el primer equipo de fútbol venezolano en coronarse campeón de un torneo internacional, al quedarse con los máximos honores en el Campeonato Sudamericano Femenino Sub17, celebrado en Paraguay en septiembre de 2013.

Entonces, la pregunta obligada es ¿Qué pasó?

Tanto la Federación, como el Ministerio y –por qué no- la misma Presidencia, dejaron pasar bajo la mesa este acto que, si bien es cierto es sólo un formalismo, no deja de tener relevancia como toda simbología en el deporte.

Todos sabemos la situación política que atraviesa el país en este momento. Un conflicto que ha afectado cada instancia de la vida del venezolano. No obstante, se han hecho excepciones para recibir a actores, para reunirse con celebridades, para reuniones, para marchar, graduar médicos, hasta para bailar. Tomar una hora de la agenda presidencial para realizar el abanderamiento no es algo ajeno a este gobierno. Por ejemplo: Al equipo masculino Sub17 que participó en el Mundial de la categoría, celebrado en los Emiratos Árabes Unidos el pasado mes de octubre, se le realizó el acto de abanderamiento, encabezado por el Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros.

¿Cuál es entonces la diferencia? Si se ha podido hacer excepciones en otros aspectos, ¿por qué no hacerlo con un equipo que va a representar a todo el país, a tratar de seguir haciendo historia?

Cuando revisamos el expediente de anécdotas de la FVF, nos muestra que en este asunto del fútbol, lo más importante para el señor Esquivel poco tiene que ver con el deporte, y mucho con el negocio. La rentabilidad de los equipos, de los torneos locales e internacionales, sigue siendo el camino por donde ha transitado la monarquía federativa desde hace más de 25 años. Y es claro que, para él, el fútbol femenino no cumple con "sus" requisitos.

Quizás no extraña el poco cuidado en los detalles por parte de la Federación. Ya estamos acostumbrados al pobre manejo de nuestro zar criollo en los asuntos del fútbol nacional. Sin embargo, la situación que se presentó esta semana con el abanderamiento de la selección femenina sub17, ha dejado en evidencia que el golpe de timón no es algo que ocurrirá en un futuro cercano en las inmediaciones de Sábana Grande.

La información emitida por la FVF deja claro que, es más importante excusar y ratificar el compromiso del ministro con el fútbol venezolano, que cualquier otra cosa.

Los formalismos tienen su importancia. Por algo existen. Creo fielmente que esto no afectará el desempeño de la selección en su travesía por Costa Rica. Lo que sí estoy segura es que todo esto representa una barajita más en el álbum de grandes desaciertos que va llenando la Federación Venezolana de Fútbol.

viernes, 28 de febrero de 2014

Tecnicismos políticos

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Si algo hemos aprendido del fútbol venezolano, su ente mayor, y quienes hacen vida en este deporte dentro de nuestro país, es la poca atención que se le da a los pequeños detalles. Y no, no hablamos de lo que sucede dentro de la cancha. Esto va más allá de esos 90 minutos.

El año pasado, un incidente tuitero entre el alcalde de Puerto Cabello, Rafael Lacava, y la hinchada del Caracas Fútbol Club, puso en evidencia las tensiones típicas del juego, y la rivalidad creciente entre el equipo de la Cota 905 y la escuadra granate. Sin embargo, lo encendido de los comentarios emitidos por Lacava, terminó generando reacciones por parte de la Federación Venezolana de Fútbol.

Laureano González, vicepresidente de la FVF, manifestó que lo ocurrido entre Lacava y el Caracas FC era “…un problema entre fanáticos.” Agregó igualmente: “Yo desconocía de ese hecho, pero él se identifica como un aficionado más del Carabobo. En la directiva del equipo Lacava no figura. Si él va a pelearse no le va a ir bien, porque cualquiera que crea que esa es la solución en el estadio está equivocado.

Con esas palabras, el ente rector del fútbol nacional dejaba claro que el alcalde no formaba parte de la Junta Directiva del Carabobo FC, razón por la cual no le dio mayor importancia a lo ocurrido en las redes sociales.

Suficientes evidencias tenemos como para asegurar que bajo el mando de Rafael Esquivel y la Federación, en nuestro fútbol puede pasar cualquier cosa. Así llegaría la funesta séptima fecha del torneo clausura la cual se jugó en circunstancias nunca antes vistas, en medio de los hechos de violencia en los que ha estado sumergido el país desde el pasado 12 de febrero.

El Carabobo FC recibiría al equipo de Estudiantes de Mérida en el estadio Misael Delgado, pese a que los jugadores habían acordado, por cuestiones de seguridad, no jugar la séptima fecha. La orden de llevar a cabo la misma por parte de la FVF estaba dada, y en teoría, las condiciones de seguridad eran óptimas para que se desarrollara el encuentro. O al menos así lo había asegurado el Ministro del Deporte, Antonio Álvarez.

Una situación de protestas y violencia en los alrededores del Misael Delgado, impidieron la realización del juego. Las cosas se salieron de control, y quienes debían velar por la seguridad no pudieron evitar lo que sucedía fuera del recinto deportivo.

A la espera del pronunciamiento de la Federación en relación al partido que no pudo efectuarse, llegó la rueda de prensa del alcalde Rafael Lacava, donde anunciaba su “desvinculación del equipo” (Carabobo FC), y responsabilizaba a Leopoldo Jiménez por manchar el proyecto del club con agendas políticas.

La primera pregunta que surge luego de esas declaraciones -por lo menos para quien suscribe- es ¿desvinculación de qué? Si tomamos en cuenta las palabras de Laureano González en el mes de agosto, donde aseguraba que el alcalde de Puerto Cabello era “un fanático más” ya que no figuraba en la junta directiva del equipo, entonces cómo es que Rafael Lacava se desvincula de un cargo que, supuestamente, no tenía. O quizás, el primer punto a aclarar es ¿cuál era el cargo ocupaba el político dentro del Carabobo FC?

Luego que el alcalde de Puerto Cabello anunciara su desvinculación del equipo carabobeño, el destino del granate queda a la deriva, pues el impulso económico del político formaba parte importante dentro del proyecto futbolístico del club. Y así lo hizo saber el funcionario en más de una oportunidad.

La política, aunque Rafael Lacava diga que no, tiene mucho tiempo instalada dentro del fútbol nacional. Esquivel es un político por excelencia, y como tal, ha manejado las riendas del balompié criollo durante más de 27 años.

Desde hace mucho tiempo se ha debatido sobre la dependencia que tienen los equipos nacionales, del Estado a través de gobernaciones o alcaldías, quienes terminan siendo los principales patrocinadores de dichas escuadras. Así, hemos visto un auge en las quejas y protestas por parte de los jugadores y cuerpo técnico por incumplimiento o atraso en los pagos, pero que por alguna razón, no toman fuerza y terminan pasando bajo la mesa.

Quedará por ver qué le depara al equipo de Valencia. Por ahora, Leopoldo Jiménez se encuentra en el ojo del huracán, acusado de representar intereses de una tolda política dentro del equipo, aún cuando al parecer, lo que hizo fue unirse al llamado todo el gremio futbolístico, quienes habían decidido que no jugarían la séptima fecha del Clausura.

Lo único claro es la incertidumbre. Las dudas siguen creciendo a medida que pasan los días. La situación en el país no ha cambiado, aunque la jornada 8 se llevará a cabo, con el respaldo de la asociación única de futbolistas, quienes en cuestión de pocos días, y vista la presión ejercida por algunos equipos –a través de los incesantes rumores de despidos por circunstancias políticas- decidieron apoyar a la FVF, y llevar a cabo la próxima fecha.

No queda duda. La relación entre el fútbol nacional y la política parece estar siempre en un camino rocoso de grandes desaciertos.

Por el bien del deporte –y la fanaticada- esperemos que este Carabobo FC no termine siendo una versión actualizada del Unión Atlético Maracaibo del 2008-2009.