La serie empatada a uno entre Miami y Oklahoma llegó a la calurosa Florida. Con la pequeña ventaja moral de haber robado un partido como visitante, el Heat recibía en el AmericanAirlines Arena al Thunder, quienes anoche se enfrentaron en el tercer partido de la Final de la NBA. Ambos equipos centrados en dar el golpe y ponerse arriba en la lucha por titularse campeones de la liga.
Y fueron los de casa, quienes terminaron dando el puntazo final. Miami se fue arriba 2 – 1 en esta electrizante final. Los dirigidos por Erik Spoelstra, ganaron el tercer encuentro de la serie con marcador de 91 – 85.
¿La fórmula mágica de Miami? La defesa. Un partido donde tuvo mucha influencia la marca y la actuación de los 5 en cancha cuando no tenían el balón. En los momentos en que la ofensiva liderada por James, Wade y Bosh fallaba con pérdidas en la posesión o desaciertos en los tiros de campo, lograron reivindicarse haciendo fallar al contrario, cubriendo los espacios y dejando sin ideas al equipo de Kevin Durant.
Marcando de manera escalonada al Thunder, los del Heat lograron evitar penetraciones fáciles de Durant, Westbrook y Harden. Pesaron más las fallas de Oklahoma en la defensa que los errores en el ataque del equipo local, y en los momentos de flaqueza de los visitantes, Miami aprovechó para anotar los puntos necesarios, y mantenerse arriba en el marcador.
A falta de pocos minutos para el final, cuando perdían por 7, el Big Three anotó los 15 puntos finales de Miami, logrando dar vuelta a la pizarra y así concretar el triunfo.
Los jóvenes integrantes del Thunder, tienen todo para llevarse la serie y el campeonato. Sin embargo, es esa juventud e inexperiencia lo que puede poner en riesgo su oportunidad de titularse. Esto se refleja en las faltas, casi tontas, cometidas por Kevin Durant, quien en los últimos dos partidos ha llegado a tener 5 o más faltas personales. de igual forma, las ganas de emerger como héroe de Westbrook. Pérdidas de balón que resultaron de la poca concentración en el momento que se vivía en el partido, y de una gran marca que impuso Miami al momento de evitar los puntos del OKC.
¿Puede entonces, la novatada, pasarle factura al equipo azul? Totalmente. No es falta de ganas, porque el Thunder tiene la mira en el triunfo, en el trofeo. No es falta de talento, pues por algo quedaron como el segundo mejor equipo en la temporada regular, detrás de los San Antonio Spurs, a quienes eliminaron en la final de conferencia; pero la frescura e inmadurez de este equipo puede no ser un aliado en esta final, que se juegan frente a un Miami Heat que quiere disipar los rumores y dejar claro al mundo que son los mejores de la NBA.
Partido en numeritos
Por Miami, LeBron James llevó la batuta en la ofensiva, y cerró la noche con una gran actuación de 29 puntos y 14 rebotes, seguido por Wade que aportó unos importantes 25 tantos, 7 rebotes e igual cantidad de asistencias, y Chris Bosh colaboró con 10 puntos, 11 rebotes y 2 bloqueos.
En tanto, por parte del Thunder, la estrella Kevin Durant encestó 25 unidades, el chico rebelde Rusell Westbrook se quedó en 19 tantos y el gigante Kendrick Perkins tuvo 10 puntos.
Algo es seguro. Los tres grandes de Miami no fueron los salvadores del equipo en el partido de anoche. La gran defensa del Heat les llevó a quedarse con la victoria, y con la importante ventaja en la serie.
Definitivamente, para ganar en esta final y llevarse el añillo que los deja como los mejores de la liga, hay que arriesgar y darlo todo.
No hay un ganador aun. ¡La final está que arde!
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