Nadie.
Ni el fanático de las quinielas más temerario o alocado, imaginó que el equipo
de Venezuela quedaría eliminado del Clásico Mundial de Béisbol 2013 en la
primera ronda. Es que, decirlo a estas alturas de la competencia, sigue siendo
sorprendente.
Muchos
han sido los estudios y análisis, para lograr explicar una
simple pregunta: ¿Qué pasó?
Pues
bien. Lo que pasó, aunque nos tomó fuera
de base, es muy sencillo y no tiene mayor complicación. El bateo
simplemente no respondió. Es que, si no se tiene una ofensiva oportuna, no
puede pretenderse ganar un juego. Mucho menos un campeonato. Tan fácil como
sumar 2 + 2, ¿no?
Con
un line up como el nuestro, con
nombres como Miguel Cabrera, Pablo Sandoval, Carlos González, Marco Scutaro y
pare usted de contar, puede entenderse la conmoción, la sorpresa, la decepción
entre los que amamos el béisbol, y que veíamos a Venezuela llegar a la final
del Clásico.
Es
que, hasta los jugadores de la selección estaban conscientes de lo sucedido,
admitiendo que el problema fue la falta de bateo oportuno. En palabras de ellos
“el trabajo no se hizo”, convirtiendo
esta experiencia en uno de los peores episodios de la carrera de la mayoría de
los vinotintos que fueron a San Juan y salieron con las manos vacías.
Entonces,
si todo eso está más claro que las playas de Los Roques, ¿en qué estaba pensando
Edwin Zerpa cuando dijo no una, sino dos veces, que la actuación del equipo
venezolano no fue un fracaso?
Con
el perdón de los ustedes, mis queridos conocidos y por conocer, pero hay que tener la cara
muy lavada para sentarse frente a un micrófono a decir que lo de Venezuela en
este Clásico Mundial no ha sido un fracaso.
Eso,
además de ser una enorme incongruencia, es no tener respeto por el fanático,
medios de comunicación, por los muchos o pocos conocimientos que tengamos sobre
el béisbol. Ya seas el mayor conocedor de la pelota o no, todos sabemos que no
hay mejor palabra para describir lo ocurrido con la Vinotinto de béisbol que
esa. Un fracaso. Duele, es verdad, pero no por eso deja de ser cierto.
Nadie
pone en duda que todo el cuerpo técnico y los peloteros hayan dado lo mejor,
para tratar de conseguir los resultados. No se trata de las ganas que hayan
tenido, no se trata del amor a la camisa. Ese no es el punto. Las ganas siempre
están. Aun no he conocido un equipo o un jugador que entre al terreno de juego
queriendo perder.
Sin
embargo, las cosas no se le dieron a Venezuela, y hay que asumir responsabilidades.
Si lo hicieron los grandes protagonistas de la selección, ¿por qué no lo hace
el Presidente de la Federación Venezolana de Béisbol?
Son
muchas las cosas que se deben revisar. La salida de Sojo como manager era
inminente. Se agradecen las cosas buenas, pero los cambios nunca sobran. Zerpa,
en mi opinión, debe dar el paso a un lado, y dejar que nuevas mentes, con ideas
frescas, manejen a la Federación.
Quedan
cuatro años para que la Vinotinto busque reivindicarse. Para lograrlo, hay que
empezar por las pequeñas cosas, que deben hacerse lo antes posible. Las
declaraciones de Edwin Zerpa dejan en evidencia que dejó de ser el más indicado
para ocupar el cargo.
Se
puede tratar de eludir la realidad o afrontarla con los guantes puestos. Se
puede digerir lo que pasó conscientes de los errores cometidos y buscar las
mejoras en todos los niveles, desde la presidencia de la Federación como de los
peloteros.
A
los ojos quien está tras estas letras, tan grande fue el fracaso de la
Vinotinto en el Clásico Mundial de Béisbol como las palabras del máximo
representante de la FVB.
No hay comentarios:
Publicar un comentario