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miércoles, 26 de marzo de 2014

A la altura de las circunstancias

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Llegaron a Costa Rica con una etiqueta que pesa. Ser campeonas sudamericanas, más allá del título, implicaba ciertos parámetros de rendimiento. Quizás el color del uniforme prendía las luces del escepticismo en más de un conocedor del deporte, de un seguidor, de un hincha.

Representando un país cuyas glorias deportivas están más ligadas al béisbol, donde la situación política y social acapara titulares, así como las miradas de millones de personas, ellas decidieron actuar comprometidas con el juego que aman, y demostrar a todos que fueron a afrontar este nuevo reto con un objetivo claro: hacer su fútbol y ganar.

La Vinotinto Sub17 femenina se ha empeñado –y nosotros agradecidos- en hacer historia y dejar su marca en el balompié nacional e internacional. En septiembre, consiguieron el título de campeonas en el Sudamericano de la categoría, celebrado en Paraguay. Ahora, en el Mundial que se lleva a cabo en Costa Rica, las dirigidas por Kenneth Zseremeta siguen en una gran racha.

Venezuela terminó invicta en la primera ronda, con tres grandes victorias ante el anfitrión (3-0), Zambia (4-0) e Italia (1-0), con 8 goles a favor y manteniendo su arco en cero.

Los resultados conseguidos por las chicas Vinotinto han dejado sorprendido a más de uno, menos a ellas mismas.

El equipo ha mostrado una gran disciplina, mucha técnica, y un acople que sólo se consigue con compromiso a lo que se hace, con la práctica, con constancia.

El talento sin trabajo no trasciende. Hay que procesarlo, y es exactamente lo que ha hecho Zseremeta con esta selección.

Pueden existir individualidades que destacan, que hacen diferencia, pero al final del día el fútbol es un deporte de once personas, no de una. Doce, si agregamos al entrenador.

La selección actúa con engranaje. No tienen miedo de tomar riesgos en la cancha. Una defensa que, aunque ha mostrado algunas fallas –casi normales- ha sabido solventar en los momentos difíciles, para así mantenerse imbatibles, y el ataque ha sido clave. Una ofensiva letal, comandada por Deyna Castellanos y Gabriela García, quienes nos recuerdan con su desempeño, la belleza de este deporte.

Ahora, el equipo buscará seguir en su enorme racha por el sendero de la victoria, cuando en cuartos de final se enfrenten a la selección de Canadá, quienes no serán un rival fácil para las criollas.

Las norteamericanas también clasificaron invictas (una victoria y dos empates), terminando en el segundo lugar de su grupo. Ahora, por tercera vez se encuentran en esta etapa del torneo, de donde no han logrado avanzar.

Han mostrado un muy buen juego, en especial en la ofensiva, donde son comandadas por Marie Levassseur, quien es la goleadora del equipo con tres dianas.

Será un partido de mucho roce, donde la posesión del balón jugará un papel importante, y donde las fallas en la defensa pueden marcar notoria diferencia para el pase a la semifinal.

Venezuela apostará a hacer su juego, controlando las líneas, y explotando el ataque. Con la humildad que las ha caracterizado, pero con el aplomo que las ha dejado por los momentos, entre las mejores ocho del mundo.

Partieron sin mucho ruido. No hubo abanderamiento, no hubo acto. Ni la Federación Venezolana de Fútbol, ni el Ministerio del Deporte, ni siquiera la Presidencia mostraron mayor interés respecto a esta Sub17 femenina.

Fueron pasadas por debajo de la mesa, pues para el ente que rige el fútbol en Venezuela, esa monarquía criolla comandada por Esquivel, era más importante dejar el nombre y el compromiso del titular de la cartera deportiva en alto.


Parece que tal indiferencia no ha sido de gran importancia para las talentosas chicas. Hace unos días dije eso probablemente no afectaría en su rendimiento, y me alegra ver que -por lo menos esta vez- no me equivoqué. 

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