Siempre se ha dicho que los
detalles hacen la diferencia, que los clichés son exactamente eso porque
funcionan, que respetar las formas y guardar las formalidades dejan en
evidencia la importancia de lo que se hace. Esto aplica para todos los aspectos de
nuestras vidas. En el fútbol no es la excepción.
Hace un par días, la
Federación Venezolana de Fútbol informó a través de su cuenta en Twitter
(@Prensa_FVF), que la selección femenina Sub17 partiría a Costa Rica, donde se
disputará el mundial de la categoría, sin realizarse el acto de abanderamiento
a la misma por cuanto el Ministro del Deporte, Antonio Álvarez, se encuentra en
Chile acompañando a los atletas que participan en los Juegos Suramericanos 2014.
El anuncio de la FVF
excusando al Ministro, mostró el profundo interés que tiene Rafael Esquivel por
mantener las mejores relaciones con el Ministerio, luego del acercamiento y apoyo
mutuo entre ambos entes, en las pasadas semanas.
Recordemos que estas
chicas hicieron historia, al ser el primer equipo de fútbol venezolano en
coronarse campeón de un torneo internacional, al quedarse con los máximos
honores en el Campeonato Sudamericano Femenino Sub17, celebrado en Paraguay en septiembre de 2013.
Entonces, la pregunta
obligada es ¿Qué pasó?
Tanto la Federación, como
el Ministerio y –por qué no- la misma
Presidencia, dejaron pasar bajo la mesa
este acto que, si bien es cierto es sólo un formalismo, no deja de tener
relevancia como toda simbología en el deporte.
Todos sabemos la situación
política que atraviesa el país en este momento. Un conflicto que ha afectado
cada instancia de la vida del venezolano. No obstante, se han hecho excepciones
para recibir a actores, para reunirse con celebridades, para reuniones, para
marchar, graduar médicos, hasta para bailar. Tomar una hora de la agenda
presidencial para realizar el abanderamiento no es algo ajeno a este gobierno.
Por ejemplo: Al equipo masculino Sub17 que participó en el Mundial de la
categoría, celebrado en los Emiratos Árabes Unidos el pasado mes de octubre, se
le realizó el acto de abanderamiento, encabezado por el Presidente de la República,
Nicolás Maduro Moros.
¿Cuál es entonces la
diferencia? Si se ha podido hacer excepciones
en otros aspectos, ¿por qué no hacerlo con un equipo que va a representar a
todo el país, a tratar de seguir haciendo historia?
Cuando revisamos el expediente de anécdotas de la FVF, nos muestra que en este asunto del fútbol,
lo más importante para el señor Esquivel poco tiene que ver con el deporte, y
mucho con el negocio. La rentabilidad de los equipos, de los torneos locales e
internacionales, sigue siendo el camino por donde ha transitado la monarquía
federativa desde hace más de 25 años. Y es claro que, para él, el fútbol femenino
no cumple con "sus" requisitos.
Quizás no extraña el poco
cuidado en los detalles por parte de la Federación. Ya estamos acostumbrados al
pobre manejo de nuestro zar criollo en los asuntos del fútbol nacional. Sin
embargo, la situación que se presentó esta semana con el abanderamiento de la
selección femenina sub17, ha dejado en evidencia que el golpe de timón no es
algo que ocurrirá en un futuro cercano en las inmediaciones de Sábana Grande.
La información emitida por
la FVF deja claro que, es más importante excusar y ratificar el compromiso
del ministro con el fútbol venezolano, que cualquier otra cosa.
Los formalismos tienen su importancia.
Por algo existen. Creo fielmente que esto no afectará el desempeño de la
selección en su travesía por Costa Rica. Lo que sí estoy segura es que todo
esto representa una barajita más en el álbum de grandes desaciertos que va
llenando la Federación Venezolana de Fútbol.
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