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jueves, 16 de enero de 2014

Cuando el fútbol se reduce a dos.

Imagen tomada de la web

Ser parte de la historia, vivirla y sentirla es un privilegio que no todos sabemos apreciar. En política, economía, movimientos sociales. Presenciar de primera mano eventos que a la larga marcarán a una generación, es siempre un regalo.

El deporte no es la excepción. Cada cierto tiempo aparece un personaje. Un ser fuera de lo común que hace la diferencia. Deja marcas en todos los caminos que recorre. Si revisamos, en todas las disciplinas deportivas hay por lo menos un ícono.

En el fútbol, el mundo del balompié al fin conoció el nombre de quien se quedaría con los honores del afamado Balón de Oro, en lo que resultó ser una de las nominaciones más parejas de los últimos años. Tres jugadores se disputaban el codiciado galardón: Cristiano Ronaldo, Lionel Messi y Frank Ribéry.

Como reza el dicho “Todos los caminos conducen a Roma”, esta edición del Balón de Oro parecía tener un solo ganador, y así fue. El portugués se alzó con el premio tras uno de los años más memorables de su carrera, desde el punto de vista individual.

A la premiación le siguieron un sinfín de mensajes, tuits, cadenas y afines, entre los fanáticos de Cristiano y los de Messi, para seguir alimentando la competencia entre estos dos jugadores, en un intento de  determinar quién es el mejor del mundo. Ya esto lo hemos visto. El fanatismo desenfrenado siempre quiere saber quién es el más grande, el más efectivo, el más indispensable. Y parte importante de tan controversial debate también lo ha liderado la prensa, quienes han vendido millones de ejemplares con datos, entrevistas, crónicas y columnas de opinión, avivando la rivalidad entre el luso y el argentino.

Es casi inevitable establecer comparaciones. Pocas veces tenemos la suerte de disfrutar de tanto talento, fenómeno que día tras día engalana las portadas de los diarios deportivos del mundo. Ahora, imaginen cuando esa rareza logra verse en dos personas completamente distintas al mismo tiempo. Eso es lo que sucede con estos dos astros del balompié mundial.

Querer señalar quién es superior resulta muy complicado estos días, donde ambos jugadores son fundamentales para cada uno de sus equipos, tanto a nivel de clubes como de selección. ¿Es necesario establecer hoy día quién es el mejor? ¿Cuál es el sentido al final, más allá de las estadísticas?

Ser fanático en el fútbol –como en todos los deportes- da cierta  permisibilidad de anteponer los colores de un equipo por encima de las habilidades de un jugador. Es por esto que quienes se consideran  admiradores del Barcelona difícilmente admiren o admitan incluso, la grandeza del talento de Cristiano Ronaldo. Eso va contra la biblia del hincha culé. Mismo principio del que parten aquellos quienes defienden a capa y espada al Real Madrid, a la hora de hablar del talento fuera de serie de Lionel Messi. Y así será hasta el final de los días.

Más allá de la actitud tomada por los fanáticos, resulta casi inverosímil ver cómo conocedores del fútbol, entre los que contamos a jugadores, entrenadores, periodistas, directivos y muchas otras personas que hacen vida alrededor de este deporte, han logrado reducir dicha disciplina colectiva a un juego de dos.

A estas alturas, no existe quien no compare a cualquier futbolista con Cristiano o Messi. Pareciera una parte obligatoria del trabajo. Es a eso a lo que hemos reducido el fútbol.

No es la primera vez. El debate Pelé-Maradona es prueba de ello. Sin embargo, ellos fueron jugadores élites, fenómenos mundiales en épocas distintas. Es por esto que lo de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi es una joya entre las rarezas del deporte.

¿Quién es el mejor? No lo sé, honestamente. Lo que sí sé es que ha sido una enorme pérdida de tiempo tratar de responder esa pregunta en estos momentos, cuando ambos jugadores están en sus mejores condiciones, en la mejor etapa de sus carreras, y por lo que sabemos, aún tienen mucho por delante para seguir haciendo lo que mejor saben hacer. Ya llegará la hora de responder quién fue el mejor. Porque esa será la pregunta válida.

Hasta entonces, disfrutemos del fútbol que ambos nos regalan. Después de todo, el fenómeno Messi-Cristiano es una especie de cometa Halley, y no sabemos si viviremos para verlo una vez más. 

1 comentario:

  1. El Balón de Oro va camino de convertirse en un premio sin prestigio. Lo peor es que la devaluación o desvalorización, del que otrora era un premio con solera, parte de sus propios organizadores. Esta semana hemos asistido a una vuelta de tuerca más. Para empezar es un premio en el que ni siquiera los que votan, seleccionadores nacionales, capitanes de las selecciones y periodistas, se ciñen al mismo criterio. Por resumir, para los miembros de las Federaciones no hay estipulados criterios, mientras que los periodistas (normalmente corresponsales de France Football) si deben regirse para emitir sus votaciones por unos criterios previamente establecidos. Esas normas son las mismas que cuando France Football entregaba en solitario el premio. En aquellos tiempos en los que aún era un premio con gran reconocimiento en todo el mundo. Desde la fusión del FIFA World Player, que nunca gozó de un extraordinario prestigio, con el Balón de Oro, no ha habido año que no haya habido un fuego que apagar. Un año los votos no cuadraban, otro aparece Goran Pandev para poner en entredicho el sistema, asegurando que las votaciones ellas públicas no corresponden con las que él hizo como capitán de su selección. Y éste, por sí faltara algo, de la noche a la mañana se amplía el plazo de votación una semana después de haberse cerrado. La excusa que ni siquiera la mitad de los votantes habían enviado sus elecciones a la FIFA. El cambio de fecha, lógicamente, dio lugar a que desataran las sospechas. Que sí era por favorecer a Cristiano Ronaldo, que justo el día que se decidió ampliar el plazo de votación hasta el 29 de noviembre logró un hat-trick con Portugal ante Suecia que colocaba a los lusos en el Mundial, que sí las votaciones daban un ganador que a la FIFA no gustaba y así hasta un millón de especulaciones, dependiendo del lugar del planeta desde donde llegara la crítica. Lo cierto es que según la FIFA, su premio no le importa ni siquiera al 50 por ciento de sus afiliados, que no son capaces de encontrar cinco minutos en un mes para emitir sus votaciones. Si ellos no se toman el serio el Balón de Oro, ¿cómo pretenden que los aficionados lo hagan? Ya no hay marcha atrás. Pase lo que pase, el 13 de enero, el nombre del ganador estará marcado por la chapuza de la FIFA, con lo fácil que sería escribir unas bases comunes para todos y unos plazos inamovibles. Pero lo de hoy fue un robo y una burla a Ribery, de verdad la FIFA hace años dejo de ser un organismo deportivo, hoy en dia es una casa de putas donde todos entran y poco salen, Blatter dimite haz hecho este premio el mayor ridiculo de la historia....Manny777

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