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viernes, 25 de mayo de 2012

Vivimos Vinotinto

No importa el lugar donde nos encontremos. Si prestamos atención, nos daremos cuenta que se respira distinto cuando alguien nos habla de La Vinotinto. En ese momento, hacemos a un lado las miles de cosas que nos diferencian o dividen. Se nos olvidan los colores, los credos, las razas y hasta los temores. Nuestro círculo cromático de la vida pasa a ser de un solo color: Vinotinto.

La noche del miércoles no fue la excepción. Tuvimos una cita de esas que no se puede uno perder. Nuestra selección de fútbol se enfrentaba al seleccionado de Moldavia, como parte de la preparación física del equipo de cara a los encuentros por las eliminatorias al mundial Brasil 2014.

En Cachamay, se dio movimiento al balón y todos nos encontrábamos aupando a nuestra selección. Por momentos, había un poco de desorden en las entregas. Se estaban aclimatando y buscaban la forma de leer el partido. Para la mitad del primer tiempo los venezolanos tenían más claridad dentro del terreno de juego, y empezaron a controlar el partido.

Cada jugador desempeñó un papel importante en el encuentro. El delantero del Getafe español, Nicolas Miku Fedor tuvo en sus tacos la oportunidad de adelantar a los locales en el marcador, siendo la más clara un remate de media volea en el área, producto de un pase de cabeza del capitán Juan Arango, que se cruzó con el portero Stanislav Namasco.

Se veía a una Venezuela superior en el terreno de juego, pero el gol no llegaba y los nervios se apoderaban de los integrantes del cuerpo técnico nacional, así como de todos los que presenciábamos el partido. Era un examen, los ojos de millones de personas estaban atentos al partido, y no podíamos fallar.

Faltaba un minuto para el cierre de la primera etapa cuando apareció el mediocampista criollo Luis Manuel Seijas, aprovechando un rebote tras un saque de banda, para rematar la esférica y enviarla al fondo del arco moldavo. Un golazo sin duda. La Vinotinto se iba al descanso con una merecida ventaja de 1 gol por 0.

Ya para el segundo tiempo, la selección de casa mostró una amplia superioridad en cancha y manejo del juego. No habían transcurrido cinco minutos de la segunda mitad, cuando un desborde por la banda derecha de Yonathan Del Valle, terminó en un centro que remató Salomón Rondón, y puso el 2 a 0 en la pizarra.

En medio de la celebración y la algarabía de ese segundo tanto, Oswaldo Vizcarrondo se hizo presente, y puso el 3 a 0 con un potente remate de cabeza, en un tiro de esquina cobrado a la perfección por Yohandry Orozco. Nuestra selección ganaba, goleaba y jugaba bien.

Venezuela mostró control, inteligencia y un gran manejo táctico del balón. Ensayaron jugadas y variantes para llegar al arco rival.

Rondón apareció nuevamente en el marcador, para anotar el cuarto gol al minuto 72, que sería el resultado final de un encuentro que dejó ver que nuestro equipo está preparado y concentrado para enfrentar el próximo 2 de junio a la difícil selección charrúa.

Ahoga el sentimiento cuando uno piensa e imagina a nuestro país jugando el mundial del 2014. El camino es largo y todavía queda mucho por recorrer.

Vivo, respiro y sueño en Vinotinto. Es que cuando los guerreros del balompié criollo juegan, el país es otro. Gritamos y alentamos en una sola voz. La esperanza y la ilusión de millones de venezolanos se unen en un sentimiento, ese que tenemos todos los que nacimos y caminamos esta hermosa tierra.

¡Que grande es nuestra Vinotinto! Un gran ejemplo el que nos deja día a día. No ha sido fácil, pero estamos en nuestro mejor momento.

Venezuela tiene una cita de esas... De las que no se puede uno perder. Se llama Brasil, y nos estamos preparando con gran entusiasmo, con optimismo, para llegar puntuales.

Es más que una pasión. Es mucho más que un color… Yo vivo Vinotinto, y tu?

lunes, 21 de mayo de 2012

Una victoria en blanco y negro

La historia abre sus puertas una vez más, y deja ver en sus majestuosas páginas el nombre de Venezuela.

En esta oportunidad, el turno fue para el piloto maracayero Pastor Maldonado, quien el pasado domingo logró lo que ningún venezolano había alcanzado antes: Ganar una carrera en la máxima categoría del deporte automotor.

En nuestro país, las opiniones respecto a Maldonado y su participación en la Fórmula 1, se encuentran tan polarizadas como su misma gente.

Algunos encuentran insólito el patrocinio de unos 60 millones de dólares anuales de PDVSA para que el piloto corra con la escudaría Williams (no soy amiga de Pastor. ¡Que pase el _______ del contratooo! Como diría la “señorita Laura”), cuando la realidad de la sociedad venezolana indica que quizá esa cantidad pudo invertirse en salud, educación o seguridad, y hacer uso de ese dinero para el beneficio de la colectividad.

Otros, piensan que no debe importar lo mucho que se invierta en el patrocinio de la petrolera del estado a favor del deportista nacido en Maracay, mientras esté presente como patriota en la élite del automovilismo.

Pero con motivo de hacer honor a la bandera a cuadros que indicó su victoria en el Gran Premio de España, decidí admirar la carrera y, escribir este post en blanco y negro. Tengo como máxima que hay cosas que no deben mezclarse. Política y deportes son dos de esas cosas. Quizá el protagonista de este escrito no juegue bajo las mismas reglas, pero es la única forma que encuentro para disfrutar de la belleza de esto que tanto me apasiona.

Pastor Maldonado tuvo una actuación inteligente y brillante, desde la largada hasta el momento de culminar la carrera. Demostró concentración y madurez, aun en los momentos más dramáticos.

Con las miradas sobre Fernando Alonso, quien se encontraba en casa, Pastor se mantuvo siempre firme. Hizo lo que debía sin arriesgar demasiado y con cada vuelta, encontraba la claridad necesaria para alcanzar su objetivo, manejando la presión que le imponían los otros competidores que estaban tras la caza de ese primer lugar. 


Una estrategia de 3 paradas en pits, como suele hacer la escudería Williams, permitió al venezolano tomar la punta de la carrera, y su determinación por llegar a lo más alto del podio le mantuvo en el lugar que todos querían. Controló su velocidad y nunca bajó la guardia. Era la primera vez que se le veía con rumbo fijo, y decidido a ganar. 


Atrás quedaban los grandes nombres, leyendas indiscutibles del deporte motor. Era el día de Maldonado.

Al final, después de 66 vueltas, la esperanza, las ganas y las ilusiones se hicieron realidad. Bandera a cuadros para el piloto que lleva en su casco la bandera de una nación que, encuentra en el deporte, una de las pocas formas de olvidar las divisiones políticas, religiosas o sociales.

Podemos o no estar de acuerdo con lo que está detrás de la participación de Pastor Maldonado en la Fórmula 1, ese derecho nos pertenece y debe respetarse, pero al momento de escuchar el Gloria al Bravo Pueblo por primera vez, lo único que se me vino a la mente fue mi país, la alegría de ver un talento nacional triunfar.

Seguiré apostando a los deportistas venezolanos. Seguiré aupando y alentando para que cada día sean mejores, apoyándoles en cada momento para ver en lo más alto de cada podio el tricolor criollo, y escuchar las notas de un himno que, sin importar las diferencias, nos representa y une a todos.

Quizá Maldonado ligue su talento deportivo con sus ideales políticos, logrando de esa forma contribuir con las críticas a su persona e intensificar el desinterés de muchos en su actuación, pero ni él mismo logrará que deje de emocionarme y alegrarme por su crecimiento en las pistas. Después de todo, señor Pastor, su bandera también es mi bandera.


martes, 15 de mayo de 2012

Bailando en el Olimpo

Este fin de semana, los mejores golfistas del mundo se dieron cita para disputar uno de los torneos más codiciados del tour del PGA. No en vano, al campeonato conocido como “The Players Championship” le dicen el quinto major de la temporada.

Ahí, en el bello gramado de Ponte Vendra Beach (Florida – Estados Unidos), se encontraba nuestro Jhonattan Vegas, quien con una destacada actuación, logró posicionarse en el top 10, para finalizar el torneo en el puesto número 7.

El nacido en Maturín llegó a la ronda final ubicado en la sexta posición, luego de la jornada del sábado, en la que firmó una tarjeta de 68 golpes, quedando ese día a -4 golpes bajo el par de la cancha, y -6 para el torneo, ganándose de esa forma, la ventaja de ser uno de los últimos en arrancar el domingo, cuando se definiría al ganador del reconocido campeonato.

El inicio no fue del todo claro, y Vegas arrancó con un bogey al hoyo 1, cosa que se repitió en los hoyos 4 y 5, pero nuestro venezolano encontró claridad en sus golpes, lo que le llevó a retomar las posiciones perdidas, logrando birdies en los hoyos 6, 8 y 11, sumando un total 6 birdies y 4 bogeys en el último día.

Cabe indicar que su tiro para birdie en el hoyo 8, fue simplemente una joya, una obra maestra fantástica, que terminó con la celebración de los presentes en el campo de golf, de quienes veíamos el torneo desde nuestros hogares, y hasta del mismo Jhonny, quien se mostró emocionado al ver que su disparo salía de una posición difícil en el lado izquierdo del fairway, recorría lentamente el green e ingresaba al hoyo. Sin duda, brillante. Sería elegido como el tiro del día ¡Y vaya que lo fue!

Al final, terminó con tarjeta de 70 golpes, dos menos del par de la cancha, para culminar el campeonato con 280 golpes, ocho bajo par, y ubicarse en el puesto 7 del torneo, dejando atrás a figuras emblemáticas y estrellas del golf como Tiger Woods, Phil Mickelson y Rory McIlroy.

Como resultado de su gran actuación, Jhonattan logró avanzar en el ranking del PGA, y podemos ver su nombre en el puesto 94, poniendo en evidencia que se encuentra dentro de los mejores 100 golfistas del planeta.

Hoy, nuestro Jhonattan tiene una posición privilegiada, llegando a la cima gracias a su lucha incansable y al esfuerzo que ha realizado para lograr su sueño, y destacarse en lo que más le apasiona.

Jhonattan Vegas dejó de ser un desconocido en el tour del PGA. Se ha hecho  un nombre y un espacio en el Olimpo del golf.


Entre putts y birdies, va avanzando torneo tras torneo, bailando entre figuras y leyendas, dejando su huella y llevando en alto el nombre de su natal Venezuela. 

Ovación de pie para ti ¡Bravo!

viernes, 11 de mayo de 2012

¡Na' guará de campeonato!

La temporada 2011 – 2012 del torneo venezolano de fútbol, a falta de una fecha, tiene nombre y apellido. De principio a fin, el equipo dirigido por Eduardo Saragó demostró ser, por mucho, superior al resto de los 17 equipos que conforman la primera división del balompié nacional.

Dejando atrás a las oncenas más emblemáticas del deporte rey de nuestro país, el Club Deportivo Lara escribió una página más en su historia, y mostró a muchos que a la hora de definir no hacen falta nombres ni títulos, solo las ganas de querer dejar todo en la cancha, y salir a dar hasta lo más mínimo para lograr el objetivo. Y así lo hicieron los guaros.

Una campaña que quedará en el recuerdo de muchos, llena de records, goles, de victorias trabajadas desde el banquillo,  y con la mente puesta en una sola meta: ganar el título.

Aplausos para Eduardo Saragó, quien se convirtió en el técnico más joven en alzarse con un campeonato absoluto del torneo nacional. Demostró que la edad no es un requisito fundamental para tomar las riendas de un equipo, pero que creer en los jugadores y en el amor a la camiseta, empleando una estrategia táctica sencilla pero efectiva, rinden buenos frutos.

28 fueron los partidos donde el equipo larense permaneció invicto, igualando la marca impuesta en 1967 por el desaparecido Deportivo Portugués. Un récord fantástico, sin duda alguna. 

Cada jugador que disputó el campeonato puso su granito de arena para alcanzar el trofeo y el título de campeones. Sin duda, uno de los más valiosos es el huracán Rafael Castellín, quien con su magia y habilidad para desplazarse en la cancha, anotó muchos de los goles que hicieron sumar los puntos, jornada tras jornada, para mantener al equipo en la cima de la tabla de posiciones. De igual forma, Edgar Pérez Greco, Diego Cochas y el colombiano Zamir Valoyes, firmaron una campaña impecable, aportando goles y repartiendo asistencias, para formar un medio campo inteligente y con una visión de juego envidiable.

Poco hay por criticar de la actuación de los rojinegros, pues los números dicen más que las palabras: 80 puntos en la tabla acumulada, cosa que nunca había sucedido en el campeonato, un récord más para los larenses. Tercer campeón absoluto en la historia del fútbol venezolano (después del Caracas Fútbol Club y el Unión Atlético Maracaibo) y la primera estrella para un equipo que fue fundado en el 2006, pero que ya cuenta con todo lo necesario para entrar al salón de los más grandes del país. 

Pasaron 47 años para que la gente de Lara celebrara nuevamente un campeonato de fútbol, pero la espera valió la pena y la recompensa es histórica.

Termina una temporada más, y Venezuela tiene a su justo campeón. Vayan mis felicitaciones a los hinchas del equipo crepuscular. Nos vemos en el próximo torneo apertura!

martes, 1 de mayo de 2012

100 años y contando...

20 de abril de 1912. El mundo se encontraba conmocionado y conmovido por los hechos que acontecieron los días 14 y 15, cuando el trasatlántico más famoso e imponente de la época, ese que era tan lujoso y estaba construido con la mejor tecnología existente, tanto que algunos pensaban que era insumergible, naufragó en las aguas del Atlántico norte después de impactar con un iceberg, dejando como resultado miles de fallecidos, vidas llenas de tristeza y un sinfín de dudas.

Sin embargo, los ojos de muchas personas se encontraban posados en la ciudad de Boston, Estados Unidos, donde ese lluvioso 20 de abril de aquel año, por primera vez se escuchó la voz de play ball en el Fenway Park, casa del equipo de los Boston Red Sox.

Esa tarde, la inauguración se realizó por todo lo alto. El lanzamiento inicial estuvo a cargo del señor John Fitzgerald, alcalde de la ciudad y abuelo de quien se convertiría en el futuro presidente estadounidense, John F. Kennedy. El primer partido que se disputaría en las legendarias tierras del parque de pelota, fue ante el rival más grande del equipo de Massachusetts, los New York Highlanders (posteriormente renombrados New York Yankees).

En aquella oportunidad, el encuentro se fue a extrainnings y los de casa extendieron la fiesta, al vencer en 11 entradas a sus archirrivales, con marcador de 7 carreas por 6.

El parque de beisbol más viejo de las Grandes Ligas, ubicado en la 4 Yawkey Way, el mítico lugar que ha visto pasar a grandes peloteros, que fue testigo de la Maldición del Bambino, ese que celebró el milagroso retorno de sus jugadores en la serie por el campeonato de la liga americana contra los Yankees, y luego los vio coronarse campeones de la Serie Mundial contra los Cardenales de San Luis en el 2004, que los vio colgar el banderín de campeones en el 2007, cumplió el pasado 20 de abril su centenario. 100 años de historias, de lágrimas, alegrías, tropiezos y por sobre todas las cosas, de beisbol.

Una tarde de viernes brillante, emocionante, llena de sonrisas y emociones a flor de piel. El hogar de los Pati Rojos se vestía de gala para el brindis de lujo por el cumpleaños número 100 de su estadio.

A la cita asistieron legendarias estrellas como el pitcher Pedro Martínez, el manager Terry Francona, quien comandó al equipo que se alzó con las 2 series mundiales que poseen los Medias Rojas desde 1918, Carl Yastrzemski, Johnny Pesky (sí, ese por el cual el poste de foul del jardín derecho del Fenway se llama poste Pesky), Kevin Millar, y muchos otros nombres. En total, más de 200 jugadores que vistieron los colores de la casa llegaron a la esperada celebración. Destaco una ausencia importante, como la de nuestro Luis Aparicio. Falla total de los organizadores del evento.

Con una vestimenta parecida a la que utilizaron hace 100 años, los mismos equipos que inauguraron el gran parque Fenway, saltaron una vez más al terreno de juego. Una nueva edición del clásico Red Sox vs. Yankees se ponía en marcha.

La historia tuvo un final muy distinto. No fue necesario ir a entradas extras. Ese viernes 20 de abril de 2012, los Bombarderos del Bronx no mostraron piedad ante el equipo local, y se llevaron el encuentro con pizarra de 6 carreras por 2, gracias a una gran actuación por parte de Alex Rodríguez, Nick Swisher y Russell Martin. Por los Medias Rojas, rescato la labor que tuvo el Papi David Ortiz. Curioso que los dirigidos por Joe Girardi lograron la victoria anotando el mismo número de rayitas que en aquel partido del año 1912.

Y así fue. Cien años cuenta el Fenway Park. Un lugar mágico e histórico, que desde el 2003, recibe a casa llena a los 37.500 fanáticos de un equipo marcado por proezas, grandes nombres, maldiciones y esperanza.

Hoy, rindo tributo a la casa del equipo que se ha ganado a pulso mi total admiración y fanatismo. Salud por ti, y que vengan muchos cien años más!